sábado, 4 de febrero de 2012

2012


No quería escribir, este año me tomó por sorpresa. Mi vida se lleno de cambios, muchos de ellos aún no los asimilo... muchos de ellos han sido duros... lo mejor es que por mas dolorosos que éstos han sido han llenado mi alma de paz. Siento que como al oro han pasado mi vida por el fuego, han limpiado mi corazón, mi alma, mis pensamientos.

He mejorado en todos los sentidos, en mi casa, en mi entorno, mi trabajo y hasta mis conocidos. Tengo un amigo, Javier... él dice que soy extremista, radical, trato de explicarle cómo son mis sentimientos, él me entiende y me aconseja, me da palabras de aliento, aunque mi corazón ya no necesita que lo consuelen, mas que alivio él quiere que lo dejen tranquilo. He sufrido por seguirlo y no me arrepiento, he sido feliz, me he aferrado a lo desconocido, he dado amor a desagradecidos, pero siente que no se ha equivocado, se ha dado sin pensarlo por qué ahora tendría que odiar a lo que un día albergó y decidió amar aunque su pago haya sido mucho daño recibido.

A veces es difícil alejar de ti algo que tanto has querido, siempre deseé tener una niña, mas que nada ése es mi delirio, he ensayado nombres, he hecho vestidos. He tratado de canalizar ese sentimiento con otras princesas que he conocido. Pero he entendido que para tener una reina debes desearla, tenerla, criarla, enseñar tus valores, darle de ti lo mejor para que sea una joya, para que se convierta en tu reflejo, para que con ese barro que te ha regalado Dios puedas moldear una pieza que sea la envidia del mejor diseñador de este mundo.

No se puede cambiar ni con amor ni a la fuerza algo que ya esta perdido, no puedes hablar a un sordo, mostrar el camino a un ciego, escuchar a un mudo, su carácter ya está formado, ya ha sido fortalecido por el bien o por el mal de los que en su vida han decidido enseñarle lo prohibido. Duele la primera vez que te fallan, y perdonas... la segunda vuelve a doler, y olvidas... así pasa quizás terceras veces, cuartas, cuando tratas de recordarlas te das cuenta que has perdido la cuenta, las lágrimas, la paciencia, el valor... tu corazón se ha llenado de un vacío, una frialdad y una dureza sin precedentes, tanto, que te sorprende a ti mismo. Deja de doler, deja de importar, deja de ser tu prioridad y sin darte cuenta... Se va.

Crees que va a molestar, te asusta que llegue a tu vida la soledad... Me sorprende que esta vez la soledad no la sienta como oscuridad, la siento como una amiga que me ayuda a reflexionar. No estoy sola porque este sin nadie. Estoy sola porque me cansé de las compañias innecesarias, de la gente que te adula en persona y te maltarta cuando no estas. De vivir con miles y no contar con nadie. La soledad y la madurez son temas que este año me ha enseñado a apreciar y francamente no los pienso soltar.

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